No tenía nada que hacer, estaba cansado de solo caminar, había dejado perder muchos recuerdos, que me puse a pensar, "para estar sin hacer nada debería hacer aquel viaje que postpuse la otra vez por estar pendiente de cosas triviales" Fui a comprar aquellos boletos que eran gratis, para hacer un gran viaje interesante al centro de mi corazón. Me dio risa al principio porque era algo que no sabía como hacer, pero con mucha dificultad llegué al principio del camino, ese camino que a medida que yo iba avanzando había aprendido a olvidar, no se si por culpa de la vida, del rock o de mis propios rollos, fui dejando en abandono aquel camino que me llevaba al encuentro conmigo mismo, estaba oscuro porque a medida que hacía aquel camino iba rompiendo las luces que alumbraban, quería hacer algo por mí, quería arreglar el camino a mi corazón para poder sentir la paz, en cada curva había algún recuerdo, bueno o malo, triste o alegre, no entendía porque los había dejado en la oscuridad, ya que eran mi escencia, mi personalidad, mi yo...
Los fui colocando todos en un morral y los llevaba a cuestas, eran muy pesados, me resultaba muy fuerte la sensación de volver a vivir todas esas cosas, hasta que... Allí está, llegué al centro de mi marcha, en frente tenía a mi corazón, sangraba pero era fuerte, lo había dejado desprotegido pero había podido soportar todos los golpes de la vida, decidí sentarme y revisar y clasificar cada momento vivido, fue tan gratificante tener ese momento de reciclaje de emociones, de un lado puse los tristes y dolorosos, del otro los que me daban dicha y alegría, eliminé las malas hierbas del camino y sequé el barro del olvido y la envidia.
Me senté a pensar entonces, sabía que no podía desechar esos momentos que me daban tristeza porque eran parte de mí, como podría entonces clasificar todo aquello para que estuviese bien todo. Fue cuando se me ocurrió la fascinante idea, me costó al principio pero pude dominar todos esos momentos malos e hice que obedecieran a mi corazón y los dejé rodeándolo para que lo protegieran y no volviera a sufrir, luego fui alumbrando cada parte de mi camino y dejando como paisaje cada bello y grato momento por mí vivido.
Ya estoy de regreso de ese viaje, tengo algunos raspones pero estoy contento, ya puedo sentir la paz, ya mi corazón no vuelve a sufrir tiene aquellos momentos protegiendolo, aquellos momentos que me hicieron fuerte y ser quien soy, y mi camino ahora tiene luz, tiene brillo, mi camino, ahora es del bueno, ¿quieres pasear por aqui? te invito cuando quieras, para cuando vengas a este PEQUEÑO VIAJE...
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