miércoles, 20 de julio de 2011

Trisha... Trizás!!!

-¡Hola! Te contaré un cuento ahora que por fin despiertas, ¿Quieres? ¿Por qué no hablas? - Y aquella mujer me miraba tan fijo con unos ojos saltones, que quería quitarme de su vista, pero no podía moverme siquiera. Tenía el cabello despeinado y pómulos sobresalientes, sus ojos aunque se veían oscurecidos eran vivaces, al hablar movía su cuello en forma de "S" lo que hacía mas tétrica su figura. Mientras la estudiaba en mi mente, hizo salirme de mi ensimismamiento cuando con fuerza, en un tono autoritarió me gritó: -Y verás que en ese mismo callejón nací yo, hace unos cuantos años ya, cuando le mostré a ese "cabrón" que mis manos son de hierro cuando debo protegerme. Nadie nunca más se metió con Trisha, la grande de las calles. ¿Qué quieres que te diga? No tengo alma, no siento, no padezco, soy como el hambre, un dulce veneno. Como una coral, Pequeña, ágil, hermosa y... Peligrosa... Haré que me quieras, conseguiré que me desees, seré tu dulce tormento. Cuanto más conozca de tí, más querré beber tus alegrías, te mentiré, porque así soy, te amaré, pero solo porque amaré destrozarte. Así sobrevivo. -Y en un ensordecedor grito, con una sonrisa psicótica, abrió sus manos y gritó: -¡Te Amo! ¿Ya me amas? Me llamo Trisha porque rima con trizas, eso es lo que soy ahora y todo lo que Trisha toca se convierte en trizas también, Y me pertenecen, son todos míos... -Una puerta se abre, una enfermera y un enfermero corpulentos entran en la habitación. -¡Trisha! ¿de nuevo estas asustando a tus compañeros? Abre la boca, ven! tómate estas. - Y extendió su mano con dos pastillas. -Pero no quiero dormir, Trisha tiene nuevas víctimas que devorar... -Y fijó sus ojos en mí, tan firmes y penetrantes que sentí miedo, retrocedí con espanto, los enfermeros le hicieron abrir la boca y le dieron las pastillas, luego vinieron hacia mí, yo temblaba y comencé a balbucear cosas que no llegaban ni a palabras, mis manos se movían solas como siguiendo un compás de una orquesta. -Tranquilo, nene, ya no te molestará mas. Abre la boca y toma esto. -Apretaron mis mejillas y sentí como esas dos pastillas bajaban por mi garganta. Intentaba correr, pero no ocurría nada, mis manos seguían moviéndose sin ritmo y mis ojos volteaban haca cualquier lado, solo escuchaba a Trisha: -Ya eres mío, eres trizas, eres de Trisha... -Mi cabeza se tornó pesada y lentamente fui cayendo hasta tocar el suelo, a través de la única ventana del cuarto pude leer "Hospital Psiquiátrico Santa Catalina" y me dormí...

lunes, 11 de julio de 2011

Un HuRrA Al Te AmO!

Corría, me caía, me levantaba y todo conservaba el mismo estado, la misma inercia, los mismo rostros. Era tan fácil olvidarme de los rostros, de los cuerpos, de las vidas, de todos, de algunos, de pocos. No importa cuantos fuesen, todos iban en marcha hacia el borde de mi desgano. Suelo, cielo, tierra, pasaban en segundos por mis ojos y solo se detenían con el choque de mi cuerpo contra el pavimento, hasta que... Un día, ya no quise levantarme, ya no me importaba que no me importaba nada, ya no sentía el hecho de no sentir. Y sí, como todo buen cuento, apareciste, me volviste a levantar cuando ya no tenía fé en que mis rodillas pudiesen soportar una vez más mi humanidad y más que eso, suturaste las heridas, y volviste a activar el lado de mi corazón que se había extinto. Y antes yo brindaba, por el que dejaba de ser estúpido, el que ya no creía en la inocencia, el que jugaba con la gente y convertía a imberbes en marionetas. Levantaba mi copa y sonreía por las tragedias ajenas. Todo cesó, cuando calladitos, entre cuatro paredes, con tus ojos entrecerrados, tu gran sonrisa, tu cabello claro, tu piel blanca, tu voz en susurro me dijiste: "TE AMO" Ese fue el momento en que se suscitó en mi interior algo parecido a un cortocircuito donde todo lo que pensaba, estalló como luces de bengala y en una especie de neón, "TE AMO" apareció en el centro. Ya nada es tan pesado, ya nada es tan imposible, ya la rabia cesó, la debilidad, con solo una mirada, con solo un Te Amo, te convertiste en mi sanación, con la dosis perfecta y justa, Uno solo te bastó. Hoy levanto mi copa, por tí, por mí, un ¡Hurra al Te Amo! cuando viene de tí es como agua para un sediente en mí. Un ¡Hurra al Te Amo! solo te pido, que te quedes junto a mí... Que sinceramente te quiero!