miércoles, 3 de octubre de 2007

¡¡¡MaMi, TeNgO cOrAzOn!!!

No se despegó de la cama en toda la noche, su niñito seguía sin despertar, Ana tenía los ojos tan rojos como el día en que él cayó en cama. La búsqueda por un donante estaba siendo infructuosa, el médico le dijo que él podría reaccionar en cualquier momento pero que su estado seguía siendo grave.
Este era el tercer día que Ana tenía sin dormir nada en absoluto, esperando que su niño despertara. Recordaba todos los momentos junto a él, solo tenía siete años, ¡Sólo Siete! ¿Por qué tenía que estar muriendo si es un niño bueno? ¿Con tanta basura humana en la calle, por qué tiene que ser su niño el que muera?
Cerró los ojos un momento y debió dormirse, cuando los abrió ya era muy tarde... Se sobresaltó cuando escuchó que su pequeñito le dijo: -Mami, tengo sed.
-¡Bebé! ¡Despertaste!, ya voy mi cielo, ya te traigo agua. -Ana salió corriendo. "Enfermera" "Doctor" "mi hijo ha reaccionado" gritaba ella por los pasillos "ha pedido agua".
El doctor entró , le dijo a Ana que esperara fuera... -Su niño no está... no sabemos cuanto pueda seguir resistiendo pero sino hacemos ese transplante, podemos... Perderlo. -Ana sintió un fuerte dolor en su pecho, ¿Qué podía hacer? Llorando entró al cuarto, el niño seguía despierto.
-Vámonos a casa mami ¡Por favor!
-No podemos todavía bebé, tu corazón no... No sirve y tenemos que cambiarlo.
-No mami, mi corazón si sirve, mira toca mami, te lo juro, si es por lo que te dije el otro día era mentira, yo si te quiero, ¡MAMI, TENGO CORAZON!
-Lo sé bebé, cálmate yo se que tu corazón es bello, solo que... -Las palabras no llegaban a la boca de Ana, quería que su hijo estuviese bien. -Duerme mi amor, pronto nos iremos. -La cabeza le dolía, pensaba que todo era una pesadilla, un horrible sueño, ¿Qué haría?
Cuando despertó el niño tenía los ojos un poco abiertos: -Bebé, duerme mi amor, no deberías estar despierto a esta hora. -Tocó su mano para acariciarla, Ana sintió como si un bloque cayera sobre su cabeza, estaba frío, entró en pánico, se arrojó sobre su pecho, no sentía su respiración. -Mi amor, respira, bebé no me puedes hacer esto, respira mi amor... ¡Enfermera! ¡Doctor! mi niño no está respirando. -Gritaba y lloraba desde la puerta esperando que viniese el doctor o la enfermera, entraron de prisa, el doctor tomó la mano del niño, apretó su muñeca para medir el pulso, la soltó, cerró los ojos...
-Lo siento Sra. Su hijo...
-No. no. no. no mi hijo solo está durmiendo, ¡dígamelo! que no está muerto. Bebé, mi amor habla, ¡Juan Andrés habla!, bebé por favor...
Lo desconectaron y se lo llevaron, más tarde Ana firmaba el acta de defunción. Deseó morir, volverse loca, suicidarse... Pero seguía ahí, sintiendo ese dolor tan grande, presenciando la ausencia de su bebé.
Ana aún llora a Juan Andrés, su bebé, duerme sobre su cama con su almohada, hasta que muera y regrese junto a él, en algún sitio...

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece muy buen escritor, sus frases son muy emotivas, con sentimientos y mucho denamismo; logrando que el lector viva el momento y logre una gran comprensio de sus escritos