lunes, 24 de septiembre de 2007

¡¡¡LoS gAtOs De FeLiPe!!!

Era Felipe, el niño solo, el infeliz, el de mirada simple, el incómodo; el que desaparecía entre el mundo aunque estuviese delante de mucha gente. Felipe, el que veías llorando en una esquina con los ojos rojos y la boca llena de sangre. Al que veías reír cuando se caía y no se levantaba, el que tembalba de frío sin tener cobijo ni hombro donde resguardarse. Felipe, el joven invisible que veía todo y a todos pero nadie lo observaba a él. El que jugaba con tierra y llenaba sus bolsillos con barro, el que crecía enre fracasos y nadie sabía de él. Felipe el abusado, el niño hermoso para viejos pederastas, esos que pretendían comprar su cuerpo con billetes que para él no tenían ningún valor. El que corría a esconderse cuando la felicidad buscaba su frente y no quería que llorara más. Felipe, el preferido por tiranos que hacían de él una victima perfecta, que jugaban a verle sólo para convertirlo en un blanco más fácil de alcanzar. Felipe el de barro en los bolsillos, el de ojos rojos y labios partidos, el que decidió no crecer solo para que los pederastas siguieran sintiendo el morbo enfermizo por querer tocar en él lo que no pueden ver. Era Felipe ¿Sabes? Ese al que un día viste y fingiste no haberle visto, tirado contra el piso queriendo ser un bache más de la acera solo para que le pisotearan más. El que no entendía como era capaz de permitir que le pisotearan su alma, el que enjugaba sus labios con lágrimas de verdad, desde que descubrió que su vida era un producto de la hiel y de la sal.
Felipe el odiado por su padre y su madre, ya que jamás pudo verlos tan siquiera pasar por su lado. El que descubrió el afecto en un gato que sus heridas quiso curar lamiendo cada gota que solía sangrar.
Era Felipe, eran los gatos, el abuso, las heridas y la invisibilidad. Felipe y sus gatos perseguidos, abusados e ignorados, llenos de barro, llenos de sal. Felipe el que lloraba, los gatos que maullaban, hermosos en su soledad, en un mundo que jamás los dejaría entrar. Felipe, los gatos, las heridas y un mundo de crueldad, que quiere comprarlos para abusar de ellos. Felipe curó las heridas de los gatos, los gatos curaron las de él. Perdidos en la noche los podrás ver pasar, a los gatos, a Felipe, les importará un comino que finjas que no los viste, al final ellos saben que adorarás la belleza de su fealdad, lo hermoso de su invisibilidad.
¡Rercuérdalos! Felipe, los gatos, el barro, las heridas, abuso y frialdad, cuando veas todo esto... Algo nuevo te enseñaran...

domingo, 23 de septiembre de 2007

DoLoReS...

Dolores benditos que recuerdan tu existencia de mortal. Dolores malditos que hacen querer un poco la muerte. Deseos compulsivos, detalles destructivos; solo queda esperanza para el final.
Esperar perder la paciencia y actuar con desquicio, sin alevocía solo por naturalidad, desatar ese instinto animal por los dolores benditos o los dolores malditos. Esperar el llanto incontrolable que jamás saldrá de tus ojos, limpiar las lágrimas que no lloraste y reír de la felicidad que nunca tuviste.
Dolores malditos o dolores benditos, amarte o no amarte;¿Qué dolor eres para mí? Uno hecho por tu voluntad o uno creado por mi debilidad.
Dueles tanto que desangraría mi cuerpo solo para no sentir más tu ausencia; matas tanto como para esconder mis miedos y tragar mis penas, así dejo mi alma descubierta para presentar ante tí mi vida en bandeja de plata, con un disparo dale al corazón, es el blanco a destruir.
Dueles, inmesamente dueles hasta sentirme incompleto si tengo que conformarme con pensarte para sentirme bien... Dueles tanto porque es amor, dolerás porque... ¿Eres maldita o Bendita?

martes, 11 de septiembre de 2007

uLtiMa VeZ...

Carolina corría, estaba apurada, hace tanto que no lo veía y después de hoy no lo vería más, perdía la calma con cada transeúnte que se atravesaba en su camino. Llegaría tarde, todavía recuerda la vez que terminaron, hace mucho que se habían dejado pero sabía que esa sería la última vez que lo vería... 12.29pm, al fin llegó, buscó por todas partes pero ya el autobús había salido, esa era la oportunidad para verse una última vez, para decirse lo que faltó, la última vez para recordarse...
Alfredo sudaba, temblaba, solo se pasó por unos cuantos "cc" en la inyección, ahora sabía que no había vuelta atrás, le costará cara su temeridad, tomó el teléfono para llamar a Elena, quería decirle lo mucho que la quizo, mientras sentía como la muerte se lo llevaba despacio, marcó un número, dos... Los dedos no seguían sus órdenes, ya no veía bien, solo falta un maldito número, no podía conseguirlo, ¡Allí está! al fin pudo marcarlo, se escuchaba repicar y repicar, comenzó a faltarle el aire y las fuerzas al fin contestaron: -¡aló! -quizo decir: "ELENA TE AMO" pero su lengua se trabó y solo pronunció una especie de aullido parecido al de una hiena herida. -´¿Aló, quién habla? No le entiendo... -Todo se apagó soltó el teléfono y no pudo escuchar más, ni sentir más, no pudo decirle una última vez "Te Amo".
Mercedes lloraba angustiadamente, se preguntaba si Luisa recobraría nuevamente la cordura mientras la observaba del otro lado del vidrio morderse los brazos y arrancarse el cabello. Mercedes se lamentaba profundamente, quería regresar el tiempo para arreglar lo que dañó, justo el día en que Luisa enloqueció cuando la consiguió en medio de un beso apasionado con su hermana. Ahora Mercedes llora y espera tras un vidrio hasta que Luisa se recupere, para pedirle perdón una última vez y que todo vuelva a la normalidad, para que puedan dormir juntas en la misma cama de nuevo...
Gerard observaba las fotos que se había tomado con Alexander, junto con la única carta que le escribió, esperaba que Alexander regresara y le dijera que lo amaba tanto como él, pero el tiempo pasó y su paciencia se agotó. Juntó todos los recuerdos que tenía de él, los miró una última vez, a los pocos segundos ardían en llamas, a los minutos ya eran cenizas. Fue la última vez que supo de Alexander, tomó una escoba y barrió las cenizas a la calle, fue la última vez que recordó al amor.
Julio y Cristina, dormían juntos en el cuarto que tanto tiempo habían alquilado, para darse amor mientras iban transcurriendo sus vidas, Cristina lloraba de felicidad mientras hacía el amor con Julio, él la besaba locamente, esta sería la última noche que dormirían separados porque a partir de mañana dormirían juntos por siempre, al fin se celebraría la boda que tanto tiempo habían planeado, todo era como en sus sueños, ellos pudieron demostrar que no importan los obstáculos, si se superan entre dos no existen imposibles. Se vistieron y vieron ese mismo cuarto una última vez, él la llevaría a su casa, sabían que esta era la última vez que se separaban por la noche...