No eras de mi agrado, a decir verdad ninguno de tu especie lo era, pero hubo una persona que me enseñó a quererte. No fue difícil admirar tu timidez, tu silencioso andar, tu forma de rechazar a la hora de sentir un contacto cerca.
Ahora que no estás, es trabajoso hacerme a la idea de no confundirte con algún otro que tus colores suela llevar. Casquito, quizás no te amé, pero te quise, aún me pasa que pasó por donde frecuentabas y me dan ganas de llamarte y sé que no vendrás pero me creo que a lo mejor escuchas y tratas de escapar. No te culpo, sólo sé de una persona que te pudo tocar y fue el mismo día que te pudo llorar, no sé si físicamente pero, su alma lloró, lo sentí, me sentí a mi mismo por tí llorar.
Casquito, solo conozco de una persona que te quizo más que yo, me hizo detenerme y admirar tu timidez, felizmente conmigo vas.
Adios Casquito
1 comentario:
Gracias, por ser observador, por el gesto, por recordarla, por ver, por estar, y por sentir, en otras palabras por esto, gracias.
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