viernes, 17 de abril de 2009

HoLa, Me LLaMo eLeNa!!!

- Buenas tardes Sr. Me llamo Elena, desea ayudarme con la compra de un marcalibros, son baratos y bonitos... -Subí la mirada para ver la cara de quien se dirigía a mí. Era una joven de unos 23 o 24 años de edad, cabello suelto y enredado, pantalones negros desteñidos y roto a la altura de las rodillas, un poco sucia pero con una gran sonrisa y ojos vivaces.
- Hola Elena, no tengo dinero en efectivo, pero si tienes hambre te puedes sentar conmigo a comer y conversamos un poco.
- Gracias, pero no podría aceptarle su invitación, ud. está tan limpio y yo tan sucia...
- No es problema, puedes sentarte, pedí comida para dos, pero al parecer mi acompañante no llegará y pues... No me gusta comer solo. - Se sentó frente a mí, manteniendo la sonrisa y con un aspecto de curiosa, se tomaba una mano con la otra y bajaba la cara cada vez que la veía. Decidí preguntarle por su familia, solo se limitó a responder que no tenía, que desde que tiene uso de razón siempre ha vivido en la calle. Hablaba muy fluido y elocuentemente. Parecía ser que era alguien mucho más inteligente de lo que se notaba... Me arriesgué en preguntarle por qué trabaja en la calle y no estaba estudiando. Respondió sin dejar de sonreír: -No puedo, debo conseguir dinero, para irme, para mi comida y para otras cosas...
- ¿Viajas mucho?
- ¡Sí!
- Cuentame de tus viajes, por favor.
- No han sido gran cosa, salí una noche de Tovar, un pueblito en el estado Mérida cuando tenía 12 años, vine a Caracas, trabajé un tiempo en un parque, reuní una pequeña cantidad de dinero y viajé a Margarita, ahí trabajé en una pescadería, luego fuí a Puerto Píritu, Puerto la Cruz, Maracaibo, en fin, muchos sitios...
- Y... ¿Nunca has pensado en quedarte en un solo sitio?
- Las personas como yo, somos del mundo, no tenemos un sitio fijo porque no pertenecemos a alguien, además todavía me falta mucho por recorrer... Si viajo, no me doy cuenta de lo podrida o corroída que pueda estar una sociedad, porque siempre veo algo distinto, pero si permanezco mucho tiempo en un solo sitio, veré las fauces de un conglomerado de personas sedientas de poder... quizás hoy duerma bajo un puente, pero mañana puede ser frente al mar, en una montaña, en una plaza en Francia, o en las ruinas de un castillo en Irlanda, ¿Quien Sabe?
- ¿Eres Feliz?
- No soy feliz, porque aún vivo, por experiencia sé que las personas no son felices hasta que se hallan en el lecho de su muerte y ven lo que les rodea... Yo estoy conforme con todo lo que he podido lograr, pero seré feliz cuando una suave brisa en un campo de girasoles me quite el aliento y se lleve mi vida. Así podré morir feliz porque pensaré que son como miles de soles que me guían. - Saqué de mi bolsillo unos cuantos billetes de varias denominaciones y se los ofrecí, Elena me respondió:
-Muchas gracias por la comida, no se preocupe por el dinero... Lo dejaré porque debo seguir trabajando, me imagino que ud. También, quizás algún dia yo lo pague el almuerzo... Tome esto, un regalo, cuidese y que le vaya bien. - Se despidió con esa gran sonrisa, y me dejó un marcalibros, por un lado tenía un hermoso paisaje con unas montañas altas y un cielo azul, en el reverso había un pequeño párrafo que decía:
"El oro no siempre tiene que brillar para saber que es valioso. Usa tu energía como fuerza y tus sueños como trampolín. Mientras más confíes en tí, mayor será tu recompensa"
Subí la mirada pero ya no veía a Elena, guardé el marcalibros y me fui al trabajo. Y recuerdo por siempre, el Oro no tiene que brillar para saber que es valioso...

1 comentario:

paola dijo...

muy bonito jhonny! y muy valioso como tu!