Atrás en mi espalda, traigo rosas para tí que eres mi jardín, atrás en mi espalda traigo experiencia para compartir, arrastrando un poco de maleza pero con toda la certeza que no te importará.
Tal vez no sea un buen hombre, pero hay cosas que sé hacer y entre ellas está que sé amarte, quizás a mi manera, quizás a la tuya, pero es amor de eso estoy plenamente seguro. No rechaces mis rosas que tienen mi sangre que al tomarlas de su rosal se resistieron y batallaron contra mí, pero a la final se dejaron dominar cuando supieron que serías tú quien las poseería. Tienen mi sangre, que podría derramar una y mil veces para que tú seas feliz. Porque eso es lo más bello del amor, no me importa sufrir mientras que sea por ver tu sonrisa dibujada para mí, que llores por mí y que tus labios solo estén hechos para las medidas de los míos.
Atrás en mi espalda, traigo rosas para tí, rojas, azules y naranjas, con dulce aroma y fragancia, para que llenes tu cuarto con mi aroma, porque es mío todo olor que puedas percibir, porque te he reclamado en mi nombre, porque nos necesitamos, porque nos deseamos, entendamos algo, somos dos y somos uno, no somos el ápendice del otro pero no vivimos por separado.
Atrás en mi espalda traigo rosas rojas para tí, no las dejes al sol, ponlas en agua y así quizás el amor siempre se mantenga con el tallo vivo, Atrás en mi espalda tengo rosas para tí, te amo, es contigo sé que algún día verás esto y sabrás que eres tú
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